martes, 7 de abril de 2020

El cuerpo y su imaginario. Tiempos de pandemias y cambios



El cuerpo y su imaginario.
Tiempos de enfermedad

En esta sesión hablaremos del Cuerpo, la materia visible que nos permite identificarnos como persona, y, en definitiva, aquello que nos permite ser y hacer en el mundo. En cultura del cuerpo trabajamos disciplinas corporales, que nos permiten explorar, desarrollarnos, fortalecernos y también relacionarnos de modo distinto al habitual. 

El cuerpo, entendido desde las ciencias sociales, es el factor de individuación de un  sujeto: es el límite material que nos separa a unas de otras: permite reconocernos materialmente como entes definidos e interactivos con los demás.

“En la cultura medieval, el ser humano no se distingue de la trama comunitaria y cósmica en la que está inserto; está amalgamado en la trama de sus semejantes sin que su singularidad lo convierta en un individuo en el sentido moderno del término. Toma conciencia de su identidad y su arraigo físico dentro de una estrecha red de correlaciones” (David le Breton: Antropología del Cuerpo y Modernidad)

 Hnos. Limburgo: página del Libro de las Horas del Duc de Berry


La aparición de individuo/a  moderno/a en forma significativa puede señalarse dentro de Quatroccento, con el auge del comercio, la banca y la prosperidad de las ciudades por sobre los campos agrícolas. A partir de la proliferación del saber anatómico, en Universidades como Venecia, Florencia y Padua, donde se practican las primeras disecciones, se plantea la relación y diferenciación entre cuerpo (materia) y persona (ser sensible, consciente, racional).

Entre la Edad Media y el Renacimiento operan cambios sustanciales en el mundo: que van desde el sistema de comprender la naturaleza, el cuerpo y la salud, hasta la concepción del gobierno, la propiedad y la economía. Pasamos de un imaginario teocéntrico (regido por la fe a Dios y la creencia /obediencia a los dictámenes de la Iglesia Católica). Este proceso, que podríamos entender como un movimiento paulatino, acompañado de los descubrimientos, la observación de la naturaleza y la recuperación de la confianza, de las relaciones humanas, no se produjo tan fácilmente como pareciera. Hubo un fenómeno obscuro, una catástrofe que precipitó el cambio de imaginarios y prácticas entre el mundo medieval y el renacimiento: la Peste Negra.


Peter Brueghel: El triunfo de la muerte

 La peste negra se desató en un Europa entre 1346 y 1347 en pleno Quatroccento, proveniente desde el puerto de Crimea, en el Mar Negro, donde tripulaciones habrían tomado contacto con ejército mongoles, quienes habrían presentado esta extraña enfermedad, la cual provenía de las pulgas de ratas que cohabitaban espacios con seres humanos. Esta enfermedad, letal, altamente contagiosa y de rápida población asoló al continente europeo reduciendo su población de 80 millones a tan solo 30 millones durante 1347 y 1353. Esto significó un nuevo desafío, a quienes sobrevivieron : ¿cómo hacer? ¿cómo iba a funcionar el mundo con menos personas: ¿menos agricultores, artesanos, albañiles, etc.? La escasez de “mano de obra” impulsó la valoración y alta cotización de los oficios por parte de aristócratas y burgueses. Trajo consigo movimientos migratorios, pero también nuevas formas de concebir el mundo, el cual se fue reflejando a través de las artes, la filosofía y las ciencias del mundo moderno.

bocetos de Leonardo da Vinci


Para mayor inormación, les comparto el artículo de National Geographic:
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/peste-negra-epidemia-mas-mortifera_6280

A continuación, les invito a observar este documental sobre la peste negra, ver qué ideas les llaman la atención y reflexionar cómo estamos viviendo esta época de  la pandemia Covid 19 y qué perspectivas ven a futuro. Buena Jornada.



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